viernes, 19 de diciembre de 2014

LAS MEDUSAS

Desde el mismo momento en que entré, Alba trató de explicarme algo que le había ocurrido durante el verano. Sin embargo, mi interés en ese momento se centraba en conseguir que todos estuvieran sentados y con los libros preparados. 
- Profe, ¡he dormido fatal!- me decía con voz lastimera mientras se tocaba la pierna- Toda la noche me ha estado doliendo aquí.
Le contesté que por qué me veía siempre con cara de médico, le pedí que atendiera y que tratara de aguantar el dolor hasta el final de la clase.
Explicar, resolver, corregir... Mantener, en definitiva, un constante pulso con ellos, que a última hora de la mañana no quieren, o no pueden, o quieren pero no lo consiguen, atender una clase de matemáticas.
La cara de Alba durante la sesión era como es ella... Teatral, expresiva y divertida vista desde fuera. Cuando ya no pudo más se lamentó en voz alta y me volvió a describir sus terribles dolores. Lo más divertido de la escena, es que añadió un por qué...
- Yo creo que es por la picadura de la medusa - Este verano me picó una...
- Pero Alba, ¡eso ocurrió en julio!, le espetó suspirando una compañera sin dejarme hablar a mi.
- Bueno, mira- se justificaba- lo que tú no sabes es que la picadura de la medusa ataca de nuevo cuando menos te lo esperas. ¡Las medusas son así!
Aunque traté de controlarme, estallé en carcajadas y aunque el primer gesto de Alba fue de enojo, me bastó con acariciar su pelo para que me sonriera y me diera permiso para escribir hoy esto que escribo..

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